Geometría y error. Obsesiones
Mi casa. Encuentro algunas geometrías bellas en ella, rincones que acumulan mis obras, el techo del living por ejemplo. Desde que la hicimos, orientada según el recorrido del sol para que siempre entre por alguna ventana, tengo la sensación de que el techo caerá. Es tan compleja su estructura que obligó a mi padre, quien la diseñó según mis indicaciones, a romper los esquemas con los que solía construir, espacialidades muy italianas y ortogonales. La cuestión es que la planta de mi living se corrió de la perpendicularidad y al llegar al techo no coincidieron en un mismo punto las viguetas con la viga cumbrera. Mi techo tiene un error. Recuerdo el momento en el que el techista me propuso dejar un puntal y no quise. Este estado me permite suponer que el techo puede caer, hace veinte años que se sostiene pero me genera una sutil inestabilidad.
Curiosamente allí monto, maqueto y pienso mis esculturas mecatrónicas. Trabajo construcciones que ponen en jaque algunas geometrías. Al producirlas me habita el mismo vértigo al desmoronamiento, una percepción profunda del error en la materia.